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Si estás con alguien con discapacidad física, ¿sabes qué hacer?

22 de noviembre de 2023

¿Conoces cuáles son las características de la discapacidad física o motriz? Es una condición que limita la movilidad de la persona, y generalmente se debe a alteraciones en el sistema óseo, en los miembros, las articulaciones, los ligamentos, los tejidos, la musculatura y el sistema nervioso. Las personas con discapacidad (PcD) de este tipo no pueden utilizar ni mover sus extremidades superiores, inferiores o todo el cuerpo, pero pueden usar silla de ruedas, muletas, bastones, prótesis, y otras ayudas técnicas como apoyos.

Estas personas tienen dificultades de acceso/salida y para maniobrar en espacios estrechos, subir o bajar caminos escarpados, rugosos o irregulares, usar el baño, ver objetos colocados en ciertas alturas, alcanzar apagadores, chapas y los cambios en el nivel (escalones) en la entrada o salida de un inmueble.

Hay quienes pueden caminar, pero con dificultad, o tienen una limitación que afecta su marcha. Los hay quienes no tienen pleno uso de sus brazos o las manos, o quienes usan zapatos y/o aparatos ortopédicos, andadoras, o extremidades artificiales

¿Y qué es lo mejor para ayudar a una persona con discapacidad física?

Si una PcD no puede acceder a lugares seguros ante un desastre, puede apoyarse en algún elemento arquitectónico, o las cerraduras de las puertas, para auto protegerse y evacuar en una emergencia, a menos que le proporciones alternativas para mejorar su respuesta para enfrentar un desastre.

Al comunicarte con ellos, pregúntale si requiere tu ayuda y de qué manera; respeta su espacio personal y considera que la solución debe adaptarse al tipo de lesión que tenga. Y por cierto, hay otras recomendaciones:

Centra tu atención en la PcD, más que en la propia limitación, y háblale directamente.

Cuando hables con una persona usuaria de silla de ruedas o de baja estatura, siéntate a su altura y guarda una cierta distancia para facilitar el contacto visual; no te apoyes en su silla.

Evita sujetarle por los brazos si usan bastones o muletas; los necesitan para mantener el equilibrio, pero apóyales para subir o bajar escaleras, y para portar sus objetos y medicamentos personales.

Pregúntale si conoce de procedimientos de emergencia y protección civil, para ayudarle mejor, y explícale cuáles son tus responsabilidades, tus limitaciones y cómo lo vas a auxiliar en una emergencia.

Prepara, en forma conjunta, las acciones a seguir en un desastre, considerando los detalles en el trato adecuado a las PcD.

¿Y cuando llega la emergencia?

Para empezar, no usen los ascensores, y quita obstáculos de las rampas y las puertas con accesos para sillas de ruedas o andaderas; debes eliminar estorbos del trayecto que recorrerán las personas con discapacidad física.

Revisa las señales que haya para orientar a las PcD para que puedan moverse dentro de un lugar; pregunta al personal de seguridad y de recepción si conocen las rutas accesibles dentro de los inmuebles, para brindarle indicaciones precisas.

Si la PcD despacio, y usa bastones o muletas, muévete a su ritmo y busca que no recorran caminos de más.

Al encontrar a una PcD caída, pregúntale cómo le puedes ayudar, antes de que lo hagas por iniciativa propia. Además, protégele de las muchedumbres en movimiento.

No tomes las muletas, bastones, brazos de la silla de ruedas u otros implementos que use la PcD,  solamente lo que él o ella indique. Incluso, procura que las ayudas técnicas estén muy cerca de la persona.

Si la usa muletas o bastón, tal vez pueda utilizar las escaleras; con una mano sujetaría el pasamanos y con la otra la muleta o bastón: No intervengas en su accionar. 

La PcD en sillas de ruedas puede necesitar apoyo para pasarse de una silla a otra; evita presionarle en las extremidades o pecho, ya que puedes provocar espasmo, dolor y hasta respiración restringida. Ten cuidado con apoyos ortopédicos, con problemas neurológicos y con quienes presentan trastornos respiratorio o cardiacos.

Foto Freepik

Alarmas y avisos

Las personas con movilidad limitada pueden oír alarmas y notificaciones de voz, ver las luces estroboscópicas que avisan del peligro y que se debe evacuar. También pueden ayudar a la interrelación con los Grupos de Apoyo Especial (GAE) al escuchar la alarma por sismo, incendio u otra emergencia.

Durante la evacuación, hay que considerar que los cambios en el lugar dificultan llegar a una zona de menor riesgo, y más si hay extravío de ayudas técnicas como silla de ruedas, bastón, muleta, prótesis. Si la PcD se cayó, hay que preguntarle cuál es la mejor manera para levantarla o trasladarla.

Además, hay que considerar lo siguiente:

Moviliza a la persona en silla de ruedas con rapidez y precaución, aunque la PcD sabe cuál es la mejor manera para ayudarle y trasladarlo; guíala cuidadosamente, sin empujar a otras personas que haya por la ruta de evacuación.

Para bajar o subir escaleras, solicita ayuda para levantar a la PcD en silla de ruedas; puedes sujetarla a la silla (usando una prenda), pero debes conocer qué tipo de lesión tiene, para no afectarla.

Al evacuar un inmueble con muchas personas, protege a la PcD de quienes realizan un desalojo; si es posible, espera a que concluya el desalojo de la gente para moverla, por la propia seguridad de la PcD y para no retrasar a los demás.

Si hay una zona de menor riesgo…

Debes informar a la PcD cuáles son los espacios seguros en caso de un siniestro, y hay que vigilar que estén libre de obstáculos. Una zona de menor riesgo sirve para protegerse de los sismos, incendios u otras emergencias, aplicando los procesos de: Agáchate, Cúbrete, Agárrate, con el apoyo de los GAE.

Generalmente, una zona de menor riesgo se ubica en un lugar separado de las ventanas, pero con trabes y columnas seguras, con mobiliario empotrado en la pared y espacios que permita maniobrar las sillas de ruedas hacia la salida más cercana del inmueble.

¿Y si existe una ruta de evacuación alterna?

Para empezar, si no hay una ruta complementaria, debes permanecer en una zona de menor riesgo y esperar a que salgan todas las personas, para después desalojar a las PcD por la salida general.

Por ello, vale la pena realizar simulacros para enseñarles cuál es el protocolo a seguir, o mostrar la ruta de evacuación. Lo mejor es que las salidas normales, o de emergencia, se identifiquen con letreros colocados por encima de las puertas de salida, y con las señales de protección civil oficiales, visibles y con tamaño para que se vean desde cualquier dirección de aproximación a la salida.

Igualmente, es ideal contar con instrucciones por escrito, o un folleto, que muestre las señales y las vías de circulación disponibles (zonas de menor riesgo y rutas de evacuación); los croquis de la construcción pueden mostrar las zonas en las que no deben de permanecer en una contingencia.

Ahora bien, ¿y si hay impedimentos para evacuar?

Pudiera haber problemas para seguir la ruta de evacuación principal; podría estar bloqueada por mobiliario, escombros, por las personas, o que por el tipo de emergencia no fuera fácil desplazarse por esa ruta.

Cuando surge la emergencia y se escucha un alertamiento, si hay GAE estos deben tratar y apoyar a las PcD, proporcionándoles la información y el procedimiento ante la situación, especificando en qué pueden responsabilizarse, qué tipo de emergencia se está presentando y cómo pueden ayudar.

Por ejemplo, ellos pueden explicar cuál sería el mejor procedimiento para trasladar a la PcD a una zona de menor riesgo interna, indicar cuál es la ruta más conveniente, y ayudar con la silla de ruedas, muletas y bastones para que la persona se traslade a la zona de menor riesgo interna.

También pueden proteger permaneciendo en el lugar y salvaguardando a las PcD hasta que las condiciones permitan realizar una evacuación segura al exterior del inmueble.

Igualmente, pueden ayudar las personas con movilidad limitada a manipular cerraduras y otros dispositivos, aunque en realidad las PcD pueden ser asistidos por cualquier persona.

El asunto es que no todas las personas que usan sillas de ruedas u otros dispositivos de asistencia son capaces de circular por ellos mismos; los que no pueden, deben ser ayudados, idealmente con el personal más preparado que debe estar siempre al pendiente, ya sabemos que los desastres no avisan.

 

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